Desde hace décadas estamos metidos en una guerra sin saberlo. Es diferente a las conocidas: no se moviliza armamento pesado ni carros de combate. Tampoco los soldados entran en acción. Es una guerra más sutil que no pretende conquistar territorios, sino personas. Y es posible que la mayoría de los conquistados no sean conscientes de que han sido dominados, y reaccionan con mansedumbre ante las directrices que les imponen. Los bárbaros, que son los impulsores de esta guerra, pretenden deconstruir la sociedad actual y crear un ilusorio Paraíso en la tierra, y para ello quieren destruir los pilares que sustentan nuestro modo de vida. Es la dictadura perfecta. Bajo apariencia de democracia se implanta una tiranía.