La posguerra fue muy dura: hambre, miedo, pobrezaà Si además hablamos de la España rural, hemos de añadir migración y aislamiento. Esa es la vida que les tocó vivir a los vencidos, que sufrieron las penurias del régimen y que no forman parte de esas estadísticas oficiales que solo recogen los muertos por el franquismo. No oigo tu palpitar muestra la vida de Estanislao Olivera y Manuela Rodríguez contada por su nieto Gabriel, un biólogo que usa la historia familiar para hablar de esas víctimas olvidadas por la Administración. A lo largo de sus páginas retrocedemos en el tiempo para meternos de lleno en la odisea de una familia pobre que vive en un pueblo con aquellos que han ganado la guerra. El autor cuenta el amor de un hombre por su mujer ya fallecida y la lucha de un padre por sacar adelante a sus hijos. También relata el problema de la migración y el aislamiento de muchos núcleos rurales, que se las prometían felices con la llegada de la democracia y, cuarenta años después, han perdido la ilusión. Para muchos la única solución sigue siendo marcharse a la capital.