En una capital de provincia como Ciudad Real el conflicto transformó la vida, desde la soberbia, la codicia y la venganza, de al menos 1.160 ciudadrealeños que sufrieron el terror de sentirse, de una u otra forma, perseguidos. Vecinos que convivían pacíficamente en la tranquilidad de una localidad en la que nunca pasaba nada intercambiaron, en aquellos años, en muy poco tiempo, sus papeles y las víctimas se convirtieron en verdugos y los verdugos en víctimas. Recuperar la memoria de todos ellos debe ser la razón última de cualquier investigación centrada en aquel periodo. Y esto es precisamente, lo que pretende este libro, Purgar al vecino.