Alquimia y alquimistas siempre han estado rodeados de un profundo misterio. Los y las alquimistas, auténticos «filósofos del fuego» encerrados en sus laboratorios, que en ocasiones saltaban por los aires por el uso de componentes inflamables y explosivos, guardaban celosamente sus secretos en busca de la Piedra Filosofal, la transmutación de los metales vulgares en oro, la culminación de la «boda alquímica» y el secreto de la inmortalidad, el codiciado elixir de la vida. Aunque entre sus búsquedas también se encontraba la creación de remedios caseros para aliviar la melancolía, realzar la belleza o combatir el insomnio. Ahí, en este Gran Arte, está el origen de buena parte de la química moderna, pero sus influencias e inspiraciones se extendieron al mundo del arte y la filosofía oculta.María Pandiello (Donostia, 1981), licenciada en Filología Románica, doctora en Historia del Arte y especialista en manuscritos y libros impresos de los siglos XV y XVI, logra desentrañar brillantemente las claves, en principio tan impenetrables, de este arte que