Con la agilidad propia de una juventud envidiable, Violeta Rodríguez Fernández, Graduada en Estudios de Asia Oriental, investiga las huellas del arte japonés en las disciplinas plásticas europeas de finales del siglo XIX, así como del XX, sobre todo en la pintura. Impresionismo, postimpresionismo y vanguardias recibieron la influencia del País del Sol Naciente y algunos nombres destacan de manera especial: Van Gogh y Miró, por ejemplo, quienes sucumbieron a las sugerencias de espiritualidad que transmite el arte del Extremo Oriente. Muy curiosa es la posición de Picasso, que durante toda su vida negó cualquier tipo de inspiración nipona, pero su obra desmiente sus palabras, según puede comprobarse en las páginas de este libro. Nos hallamos, pues, ante una aproximación muy necesaria a los puntos de tangencia entre dos culturas tan distantes y, en apariencia, tan distintas como la europea y la japonesa. Esta obra se cierra con los esbozos japonistas en la arquitectura moderna, muy presentes, sin ir más lejos, en la casa Schindler.