Un matrimonio de doctores, Herald y Cristina Wisenthall, acaban de crear los inventos más revolucionarios de todos los tiempos: unos objetos con forma de cuencos que pueden originar todo aquello que uno desee. No obstante, pronto descubrirán que todo aquello que se crea de la nada necesita perfección y acaban inventando por accidente los cuencos grises que, a diferencia de los otros, poseen una radiación incontrolable. Cuando el ejército descubre la existencia de los cuencos grises y les exigen que les revelen el lugar donde los mantienen guardados, ellos se niegan. Pero la lucha del matrimonio Wisenthall por proteger a la humanidad de estos cuencos acabará creando un conflicto con el ejército, que propiciará el temido fin del mundo. Entre los supervivientes se encuentra Vania, que junto a un grupo de niños y unos pocos adultos, ha conseguido subsistir bajo tierra a duras penas, con el único amparo del cuenco negro, el de menor potencia.