Derrocar a un rey es un trabajo sangriento. El mariscal de campo Tamas ha liderado el golpe de estado en Adro. La aristocracia decadente y corrupta ha terminado en la guillotina y el pueblo hambriento ahora tiene comida. Pero además ha provocado la guerra en las Nueve Naciones, ataques internos de los realistas y lucha encarnizada por el dinero y el poder entre quienes suponía eran sus aliados: la Iglesia, los trabajadores y los mercenarios. Tamas apenas soporta la presión y necesita a Adamat, un inspector de policía retirado, cuya lealtad está en juego, y a los Magos de la Pólvora que le quedan, entre ellos Taniel, su indómito y brillante hijo. Hay quienes presagian muerte y destrucción. Las leyendas están en boca del pueblo pero ningún hombre instruido cree en ese tipo de cosas... aunque sería mejor que lo hicieran. Los dioses también están implicados