Este es un país que huele a pólvora y donde no hay semana en la que no se produzcan atentados, atracos o choques callejeros. Se usa la dinamita y el puñal, armas caseras y porras. Hay torturas, juicios sumarísimos, pantomimas judiciales y garrote vil. En los bajos fondos, los antiguamente llamados barrios «tenebrosos», el franquismo se muestra torpe. Son ciudadelas rebeldes, pequeñas cortes de los milagros. Allí la autoridad rara vez es bien vista. Anarquistas y revolucionarios de todo tipo hacen frente al régimen mientras los ultras se entrenan militarmente y especializan en represalias y ataques sanguinarios. Asesinos en serie, golpistas, tramas «negras», gamberros, quinquis, atracadores, choques callejeros. Desde 1960 hasta el 23F.