Este clásico del pensamiento político, publicado originalmente en 1859, sigue representando hoy una de las más sólidas defensas de la libertad del individuo frente a la ilegítima interferencia del Estado o la sociedad, frente a la opresión ejercida por las autoridades o las mayorías, frente a la tiranía de las costumbres o las opiniones predominantes. Mill lleva aquí a su apogeo la clásica reivindicación de la libertad de pensamiento, expresión y asociación, así como de la tolerancia y el respeto a las minorías y los disidentes. Y es que, para el autor, el libre desarrollo de la individualidad es uno de los elementos esenciales del bienestar no solo del individuo sino también de la sociedad.