Cuenta la leyenda que los dioses castigaron a algunos hombres convirtiéndolos en delfines. Ahora redimen su culpa salvando a los náufragos, arrastrándolos sanos y salvos a la costa. Los protagonistas de esta historia parecen empeñados en hundirse en el fondo del mar. Incapaces de escucharse caminan unos junto a otros, sin apenas levantar la mirada, rehenes de una realidad laboral que les consume y les aísla. "- ¿Y si somos delfines a los que los dioses castigaron convirtiéndolos en hombres?- Me temo que somos hombres castigados con ser hombres. Sin más.ö