Muchos niños y niñas que empiezan a leer buscan lecturas con las que puedan sentirse identificados, personajes que sean como ellos y ellas, con vivencias similares a las que puedan tener en su día a día. Buscan, además, humor, un lenguaje cercano, misterio y unas ilustraciones vivas y atractivas. Sin magia. Sin criaturas fantásticas. Con personajes y problemas tan reales como nuestros niños y niñas, y cambiando esos roles y prejuicios que, por desgracia, aún aparecen incluso en las edades más tempranas.