Entre latigazos de realismo sucio y acordes del más salvaje rock and roll primigenio, el autor intenta dejar atrás una realidad que no ha sido sino un pesado lastre con el que ha cargado durante casi cuatro décadas -familia desestructurada, trabajos lentos y mal pagados, alcohol, silencios que ahogan-, para tratar de alcanzar la luz al final de un túnel de arte y ficción que él mismo ha ido construyendo con los años.