El poder del guardián de la constitución es contra mayoritario. Y esto lleva al problema de la legitimidad de quien lo ejerce. El primer tribunal que tuvo que enfrentarse a la cuestión fue la corte suprema de los EEUU. Este estudio muestra que del mismo modo que no puede concebirse la democracia parlamentaria sin algunas de las consecuencias menos positivas de la sociedad abierta y del sistema de partidos, es probable que tampoco pudiera sobrevivir un poder tan especial como el que tiene asignado el Tribunal Supremo en EEUU sin un sistema de confirmaciones tan abierto al debate y a la democracia de partidos como el que se ha desarrollado allí. Por otra parte, el estudio del origen y el desarrollo posterior de este sistema es un laboratorio excepcional para analizar la evolución del constitucionalismo moderno y de la separación de poderes. Esta obra completa el catálogo de Editorial Aranzadi.