Había una vez tres amigos -Pipo, Pol y Toni- que siempre estaban pensando en nuevos juegos para divertirse. En realidad, lo que les hacía más felices era estar juntos. Pero un día a Pipo no le apeteció comer sandía como a los otros dos. Se fue por su cuenta y se encontró con un gusano muy raro que no quería salir de su agujero por las buenas. Después de luchar y ganar a su adversario, Pipo descubrió algo que nunca habría imaginado