La vida y la obra de Alejandro Volta (Como, 1745-1827) son poco conocidas a pesar de haber sido el inventor de la pila eléctrica, hecha pública en 1799, de tanta trascendencia en su tiempo y a lo largo de los tiempos hasta llegar a nuestros días en que la electricidad y sus múltiples aplicaciones condicionan la vida en y de nuestro planeta y la navegación exploratoria del espacio exterior buscando vidas alternativas. En el siglo XIX proliferaron las publicaciones, especialmente italianas, sobre aquel héroe nacional celebrado en su «patria» como él llamaba a su ciudad natal, y fuera de ella, particularmente en el norte de Italia, en Gran Bretaña y en el continente europeo. La difusión de aquellas obras fue escasa y apenas hubo traducciones de las mismas, siendo sus Obras completas y el Epistolario, publicadas a finales del XIX, de dimensiones extraordinarias, portadoras de información sobreel estado de los saberes teóricos y experimentales en electricidad, magnetismo, meteorología, neumática, química, fisiología, electroterapia y cuantos ámbitos iban surgiendo en las indagaciones sobre la naturaleza. Los tiempos de Volta se corresponden con el proceso de formalización de las ciencias físicas y por tanto imprecisos, cambiantes y polémicos en cuanto a la adopción de los conceptos y procedimientos que mejor definieran los fenómenos observados. De especial relevancia fue la electricidad conocida hasta entonces como un simple efecto de atracciones y repulsiones. Fue Volta quien, con el invento de la pila, activó los mecanismos de la corriente eléctrica con todo lo que supuso para la ciencia y la vida. Un invento que surge de una discrepancia con Galvani respecto a las contracciones experimentadas por las ancas de rana. Y que, en cierto modo, etiqueta la obra científica de Volta casi siempre envuelto en disputas sobre la prioridad de sus aportaciones que fueron muchas y diversas. El libro no es una biografía al uso, un recorrido cronológico y generalmente triunfal del personaje, porque tanto su vida personal y social, su vida laboral como profesor primero de secundaria luego universitario, y sus hallazgos científicos estuvieron alterados por peripecias que demuestran la decidida voluntad del comasco por tratar de ser siempre como era. Y esto en aquellos tiempos tributaba un peaje que, en ocasiones, hubo de pagar a regañadientes. De su obra científica sobresale el tesón, no siempre acertado, con que abordaba los hechos en que se metía tratando de buscar significados y explicaciones, de su vida profesional resultó, exitosa a medias, su intención de renovar, modernizar, las enseñanzas de la física en la universidad porque el claustro no siempre, o quizá mejor casi nunca está dispuesto a enmendar las rutinas docentes, de su vida familiar y social, sobresalió, desde su niñez, la rebeldía contra el aparente destino a que estaba llamado, el sacerdocio o la abogacía, inclinándose por la aventurada dedicación a escarbar en los arcanos del Universo, y de su vida sentimental, afectiva, amorosa en definitiva, sobresale el caos, la dispersión, los «líos de faldas», como lo veían sus familiares, colegas y amigos, casándose, alfin, y para descanso de muchos, siendo ya «mozo viejo» . De este peculiar maremágnum sobresalió Alessandro Volta, figura insigne de la ciencia convencido que el acercamiento a los fenómenos naturales, tratando de acotarlos y darlos a conocer para que las gentes aprendieran y tuvieran criterio propio era una digna manera de servir a su pueblo. 10