«Aquellos que hayan recorrido los pueblos y ciudades de la España peninsular y de la América española, podrán comprobar esa grandeza que todavía late bajos las piedras, tras los muros y en los magníficos escritores americanos, que nos hablan de un pasado de gloria y fortaleza cimentada en milenios de historia.» Patricio Lons Los territorios de Hispanoamérica fueron siempre entidades diferenciadas entre sí, pero unidas todas ellas a la Corona española. A la Patria se la identificó como «Reino de las Españas» hasta la constitución del año 1869, cuando pasó a denominarse Reino de España. Este libro cuenta cómo el siglo XIX fue el escenario de una magna operación geopolítica y estratégica que culminó en la disolución de uno de los más grandes imperios de la historia, el Imperio español, tanto por su extensión geográfica como por su duración en el tiempo. Desde el siglo XVI, Inglaterra buscó la forma constante de implicación para la desestabilización de España. El autor demuestra que los ingleses fueron la causa principal de las guerras separatistas de los territorios españoles en América, con el previo adiestramiento de los ôlibertadoresö y la conformación de un ejército de auto conquista bajo las órdenes de los principales españoles que traicionaron a España por ciertos intereses demasiado personales, y lo hicieron con la permanente supervisión de militares británicos y la financiación de las campañas. La división de los dominios españoles en América en una veintena de territorios ôindependientesö fue el victorioso resultado final del plan que presentará en 1800, el militar escocés Sir Thomas Maitland al primer ministro británico William Pitt. Uno de los hechos históricos menos conocidos de las estrategias inglesas para la disolución española de América, fue que durante la Guerra de la Independencia (1808-1813) Gran Bretaña mantuvo el doble juego de que los ejércitos de Wellington luchaban contra las tropas de Napoleón mientras que los ingleses destruían la incipiente industria española americana. De esa forma, se extendían comercialmente en el Nuevo Mundo y comenzaban con el control del poder político en las provincias españolas. Una traición perpetrada de la que jamás pedirán perdón.