Para imaginar a futuros ciudadanos y ciudadanas con un buen autogobierno emocional, capaces de crecer a través de las adversidades, de generar vínculos profundos y genuinos;y de dar respuestas justas, creativas, bondadosas, útiles ante la vida, debemos educar con esa finalidad. Este libro busca acompañar a los centros educativos que desean ser motores del desarrollo emocional de su alumnado, mostrando todo lo que deben tener en cuenta para convertirse en escuelas emocionalmente competentes. Para ello se abordan los tres grandes factores de cambio: el profesorado, el alumnado y las familias. Y se explican estrategias para que una escuela pueda pasar a la acción y provocar un cambio educativo y social educando a niños, niñas y jóvenes con un buen desarrollo emocional.