El tardofranquismo necesitaba, a principios de los años setenta del siglo XX, transmitir la imagen de que se liberalizaba la prensa. Su estrategia fue dejar cierto margen de actuación a las publicaciones no diarias. Una de ellas, el semanario satírico ´El Papus´, se atrevió a realizar crítica política a través de un humor rupturista. Su primer objetivo fue demoler los pilares del régimen, sólidos incluso tras la muerte del dictador, pero con el paso del tiempo iría poniendo en el centro de su crítica a quienes abusaban de los poderes del Estado, sin distinción de ideologías ni de instituciones. En sus historietas evidenció también su descontento con las cesiones de la oposición política y con la gestión gubernamental del PSOE. La historia del periodismo español recupera con este libro las vicisitudes de la revista de humor con mayor tirada entre octubre de 1975 y julio de 1976;también, la experiencia del primer medio de comunicación en sufrir, en democracia, un atentado terrorista con una víctima mortal.