Este relato comienza como una novela y acaba con un conmovedor réquiem en memoria del pequeño franciscano, que hizo amigos entre todos los hombres. Al despedirse, camino de la deportación a un campo de concentración en 1939, Maximiliano Kolbe dijo a sus compañeros franciscanos las palabras que dan título a esta obra: No olvidéis el amor . Partiendo de documentos inéditos, el autor relata con maestría las aventuras y el final heroico de un joven polaco de familia muy pobre y que provocaba la admiración de sus maestros por las muchas dotes que poseía. Lo vemos encaminado hacia una gran carrerade ingeniero o de inventor. Pero escogió la vida religiosa para convertir la tierra entera .