Tuve un amor bello y oscuro indaga en el centro mismo de la pasión, diseccionando el itinerario amoroso como si se tratase de un cuerpo abierto. En este poemario, la ecuatoriana Leira Araújo-Nieto traslada al terreno lírico la experiencia vital con habilidad prosaica y manejo del ritmo, especialmente en los poemas escritos en verso. Con claros ecos de Ovidio y su Arte de amar, el libro presenta un tono elegíaco y una mística de lo cotidiano que permiten a la voz poética emprender la búsqueda del/la/los amantes;en su universo lírico, el amor es ubicuo y transmigra, convirtiendo al lector en un cómplice de lo sobrenatural. Mientras la noche desdibuja los cuerpos y se presta como paisaje oscuro para los encuentros, la luz del día atraviesa los objetos y nos acerca a la rutina de los personajes, a los libros de Maggie Nelson, a las canciones de Chico Buarque, a las conversaciones con amigos y a las caminatas hacia el trabajo. «¿Para qué amar si no es para quemarse », se cuestiona la voz poética, reflejando la intensidad de sus pasiones, de su deseo. Atravesando el fuego del poemario descubrimos que, en él, lo extraño, lo raro y lo insólito se revelan como posibilidades de lo bello.