El acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los grandes problemas de este país, sobre todo para las clases populares y los jóvenes, a pesar de que se trata de uno de los prerrequisitos básicos para poder vivir con normalidad (y un mínimo de dignidad). Es también un derecho que proclama la Constitución misma en su artículo 47: "Todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna y adecuada".Pero hoy son solo palabras bonitas en un papel mojado. Este enorme problema, que para centenares de miles de personas se ha convertido incluso en una pesadilla, no es una maldición bíblica ante la que nada puede hacerse: es consecuencia directa de las políticas que se han aplicado. Pero naturalmente podrían impulsarse otras políticas.En Alternativas Económicas queremos editar un libro que explore las raíces del problema y proponga medidas concretas para que la vivienda deje de ser un lujo en este país y todo el mundo tenga derecho a un techo, como proclama la Constitución.Queremos hacerlo con realismo y rigor: por ello se lo hemos pedido al economista Alejandro Inurrieta, socio-colaborador de la cooperativa que edita la revista, que conoce bien el problema también desde dentro: fue presidente de la Sociedad Pública de Alquiler, una de las iniciativas lanzadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que no lograron cuajar.