Ella me traicionó y yo le salvé la vida. Nunca he hecho excepciones con nadie, solo con ella. A cambio, le puse algunas condiciones. Primera: jamás regresaría al país. Segunda: no contactaría bajo ningún concepto con sus seres queridos. Tercera: no podría llevarse ningún objeto de su vida actual. Cuarta: se olvidaría de mí. Ha pasado el tiempo y creo que no se ha saltado ni un requisito;no obstante, me voy a asegurar de ello, pese a la promesa que me hice a mí mismo de no volver a ponerme en contacto con ella.Durante los últimos meses he cumplido por obligación con mi parte, sin embargo, ella es mi debilidad. Echaré la vista atrás, una última vez, antes de seguir con mi vida. Porque lo de olvidarla es imposible.