Milo, Lofty y Lark juegan a ser doctores por un día, pero pronto se dan cuenta de que ser médico es mucho más duro de lo que pensaban, con casos como un ataque de hipo, una cantante de ópera que ha perdido la voz o un payaso que se ha quedado atascado en sus aros de circo. Con imaginación y un poco de suerte descubrirán que la risa es la mejor medicina.