30 de noviembre de 1803... La corbeta María Pita zarpa del puerto de A Coruña. A bordo van veintidos niños huérfanos con un espeluznante equipaje: en ellos se ha inoculado la reciente vacuna de la viruela y su misión es transportarla a las colonias de ultramar. Junto a ellos viajan varios doctores, entre ellos Francisco Xavier Balmis, y una enfermera que muchos años después dará su nombre a un hospital: Isabel Zendal. La historia de esta expedición es un canto épico a la historia, la solidaridad, la investigación y la capacidad humana de luchar contra la adversidad. Doscientos años más tarde, otra vacuna ha venido a salvar vidas, pero convendría recordar que ya hay precedentes, liderados por España, en la lucha global contra las pandemias.