"Nada es verdad, todo está permitido". Como en un sueño, o como en la percepción fragmentada del viajero errante que fue, Jürgen Ploog reúne en este libro escenas correspondientes a tiempos y espacios disímbolos de la obra de Burroughs. Ploog, que conoció personalmente a Burroughs y mantuvo una larga amistad con él, lejos del tono académico y del morbo sensacionalista, toma al azar cualquier palabra, imagen o acción de los textos principales de Burroughs como pretexto de su propia escritura fragmentaria de "recorte" (cut-up) experimental. Con un tono desenfadado, invita a releer a Burroughs en otros tiempos y espacios. Porque no hay otra razón unificadora del sentido de las cosas, sino el tránsito y mutación permanente de las formas que Burroughs defendió. El libro es también un homenaje a Burroughs como figura de la contracultura y la rebeldía, que exploró temas como las drogas, la sexualidad, el control social y la violencia en su obra. Ploog ofrece una visión personal y crítica de Burroughs, que no oculta sus contradicciones ni sus aspectos más polémicos.