Los griegos y los romanos no oyeron hablar de él, su nombre no aparece en obras profanas hasta un siglo después y aún así indirectamente, a propósito de movimientos y de las persecuciones de la secta cristiana. En el mismo judaísmo no dejó una impresión muy duradera. Filón, muerto hacia el año 50, nada sabe de él. Josefo, nacido en el año 37 y que escribió hasta finales de siglo, sienta su condena en algunas líneas como un suceso vulgar y al enumerar las sectas omite a los cristianos. Un escritor hebreo, Justo de Tiberiades, compuso una historia hebrea desde Moises hasta finales del año 50 y no cita siquiera el nombre de Jesucristo. Plutarco, nacido 50 años después de Jesucristo, historiador eminente y concienzudo, no pudo haber ignorado, de conocerla, la existencia de Cristo y «sus proezas». Séneca no dice una palabra de Cristo aunque hablando de los cristianos no los distingue de los hebreos. 10